Actualmente las enfermedades gastrointestinales se han convertido en una de las causas más comunes de morbilidad y hospitalización. Esto conlleva diversos problemas, tanto a nivel individual para el enfermo, como a nivel social ya que afecta a la atención sanitaria por la alta demanda de servicios médicos y a nivel laboral por el absentismo que provocan los síntomas de dichos trastornos.
Dada la importancia de los desórdenes gastrointestinales, existe la necesidad de buscar nuevos métodos para prevenirlos, diagnosticarlos y tratarlos.
Los trastornos encontrados más frecuentemente son: Síndrome del intestino irritable (SII), Hinchazón funcional, Estreñimiento funcional y Diarrea funcional.
Es importante tomar en cuenta que el tratamiento habitual de los trastornos funcionales intestinales incluye: Fomentar un estilo de vida saludable: realizar ejercicio, consumo adecuado de líquidos, llevar una dieta adecuada al trastorno que se sufra; evitar situaciones estresantes y apoyo psicológico si es necesario. Además es importante dilucidar si existe una causa primaria del trastorno intestinal y tratarla en primer lugar, así como abordar las enfermedades asociadas a la disfunción intestinal.
Desde el punto de vista de la terapia física existen técnicas especializadas para el tratamiento de estos problemas. Está basada en el razonamiento clínico, aplicándose técnicas de tratamiento altamente específicas como lo son las técnicas de terapia manual, que incluyen movimientos especializados destinados a producir cualquiera o todos los efectos siguientes: mejorar la extensibilidad de los tejidos, aumentar la amplitud de movimiento del complejo articular, movilizar o manipular tejidos blandos y articulaciones, inducir la relajación, cambiar la función muscular, modular el dolor y reducir la inflamación o la restricción del movimiento de los tejidos blandos. Dentro de las terapias manuales aplicadas en tejidos blandos encontramos técnicas de tratamiento que afectan directamente a la función visceral, la cual se basará en la liberación de las restricciones de movilidad de los tejidos para aumentar el aporte sanguíneo y por tanto, mejorar la función visceral. Dentro de las terapias manuales, las más conocidas para el tratamiento de las disfunciones intestinales son las técnicas viscerales osteopáticas, el masaje abdominal y las técnicas de liberación fascial o del tejido conjuntivo.
Agregado a esto, existen ejercicios específicos, los cuales son simples y no necesitan equipamiento para poder realizarse, que se aplican a este tipo de trastornos, ya que mejoran la movilidad international.